Un martes 13 podría levantarme con el pie izquierdo, podría ponerme mi mejor vestido, salir a la calle y cruzarme con un gato negro, podría meterme en un parque, encontrarme un trébol de 5 hojas y otro de 2, cruzar por debajo de seis escaleras, volver a casa y abrir mi bonito paraguas rojo por el pasillo. Podría romper el espejo de mi habitación y reírme de la mala suerte.
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