Esperar que las cosas vengan solas nunca ha tenido muy buenos resultados. Aprendí que las oportunidades hay que aprovecharlas, sino alguien se va a apropiar de esa oportunidad que era tuya. A lo mejor con desearlo no es suficiente, ni con cerrar los ojos fuerte, fuerte. Y ese lugar, el que te corresponde, a lo mejor está más cerca de lo que tú te piensas, con la persona menos inoportuna, en el momento menos inapropiado.
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